
El intendente Ariel Sujarchuk manifestó en varios medios su repudio a los hechos ocurridos anoche en la Plaza de los Dos Congresos, cuando fuerzas de seguridad reprimieron a un grupo de docentes que deseaba instalar un «aula itinerante» en el mismo lugar donde se estableció en la década de los 90 la carpa blanca, ícono de la lucha por la educación pública.
Minutos antes de las 22 Sujarchuk emitía telefónicamente su opinión en el programa Economía Política de la señal C5N, expresando no solo su rechazo a lo acaecido sino su preocupación ante el creciente «macartismo» impulsado por el gobierno nacional, a través del cual se intentan justificar conductas antidemocráticas con la pertenencia política de quienes de ellas son víctimas.
Instantes después publicaba en las redes sociales un comunicado conjunto con los intendentes del Grupo Fenix en el que vinculaba lo sucedido con tristes hechos de nuestra historia reciente: «Casi diez años después del asesinato de Carlos Fuentealba, casi 20 años después de la Carpa Blanca que nos llenó de vergüenza, la historia se repite.» reza el texto.
«Prometieron cambiar pasado por futuro, pero día a día nos hacen protagonizar una película que ya vivimos y que no tiene final feliz para el pueblo argentino. Maestros detenidos, gas pimienta y palos. La represión refleja el fracaso de una gestión que, entre otras cosas, dejó la vocación de diálogo en la puerta de la Casa Rosada.»
«El grupo Fénix de intendentes expresa su claro y contundente repudio a la represión por considerar que es excesiva desde todo punto de vista, grotesca, inexplicable. No hay nada más maleducado que pegarle a los docentes de la educación pública cuando pacíficamente expresan sus diferencias.» concluye el comunicado, seguido del hashtag #BastaDeRepresión.
Por otra parte y de manera prácticamente simultánea, el bloque oficialista de concejales emitía un texto de similar tenor que finalizaba asimismo con una comparación con el pasado reciente: «Como tristemente nos enseñó la Historia, programas económicos orientados a la concentración de la riqueza y a la pérdida de derechos laborales y sociales requieren siempre una despiadada violencia directa contra el Pueblo»