Una mujer fue asaltada a mano armada y golpeada en Escobar mientras realizaba sus tareas laborales. Andrea Castro, repartidora de una empresa de delivery, contó el dramático episodio
“Yo trabajo en Pedidos Ya. Estaba yendo para el lado de Garín, en la calle Estados Unidos al 250. Paré dos casas antes de donde iba a entregar el pedido. Vi un hombre en la esquina de campera negra, pero no me imaginé nada”, comenzó contando la denunciante, en lo que parecía ser una noche normal de trabajo.
Sin embargo, terminó siendo una noche de terror. “Me puse a revisar la dirección, y cuando me di vuelta lo tenía atrás mío apuntándome con una pistola. Bajé de la moto, le empecé a decir que trabajaba para darle de comer a mis hijas, que no me podía robar”.
Pese a las súplicas de Andrea, el delincuente no tuvo compasión y hasta terminó golpeándola. “Me dio un culatazo en el casco. Como no le quería dar las cosas empezamos a forcejear. Me tiró al piso y me robó la moto”, reveló con tristeza.
Como suele pasar en estas situaciones, la vecina buscó algo positivo dentro de lo terrible que le sucedió. “Dentro de lo malo, al menos no me robó el celular ni la riñonera con la plata, porque en Pedidos Ya necesitamos tener seis mil pesos encima para trabajar”, contó.
Además de esta terrible situación vivida, tuvo la peor de las noticias en las últimas horas. “Encima de que me robaron, ahora me enteré que el seguro no me va a pagar la moto porque no está asegurada para trabajar. Es una gran tristeza porque no aparece la moto y no me va a pagar el seguro”, cerró entre lágrimas Andrea.
Andrea describió la situación como “un garrón” y habló siempre al borde de las lágrimas. “Uno sale a trabajar y pasan estas cosas. Terminé con un susto muy grande”, sostuvo.
Luego de la terrible situación, Andrea fue asistida por el cliente que iba a recibir el pedido pero no pudo por el robo. “Me dio un vaso de agua y me contuvo hasta que vino la policía. Le agradezco todo”, expresó la denunciante.
Su rodado en cuestión es una motocicleta Mondial, patente A059NJZ. Y era su herramienta de trabajo para sostener su casa y sus dos nenas. “Yo estoy separada, vivo con mis dos nenas y trabajo en Pedidos Ya para alimentarlas. También compro productos de limpieza y reparto. Estoy muy triste”, expresó.
