
Minutos despues de terminada la tanda de penales del partido por cuartos de final de la Copa del Mundo que consagró a Argentina semifinalista, se desató en Escobar un vendaval de viento, lluvia y granizo que dejó secuelas en algunos barrios.
Luego de una jornada de calor agobiante y de mucha angustia por el devenir del partido, el alivió llegó, pero de la forma violenta a que nos tiene acostumbrados el clima de verano.
En apenas pocos minutos el viento arrancó ramas y postes en distintos puntos del distrito y una fuerte andanada de granizo causó desesperación entre los automovilistas que se habían aventurado a la calle.
El sufrimiento del encuentro mundialista y su infartante definición no pudo ser coronada por los típicos festejos callejeros de los hinchas. Algunos de ellos sin embargo se lanzaron al espacio público indiferentes al vendaval y felices por la victoria.