
Por Cecilia Kleiman
«Nos estamos yendo a pique. Este gobierno es un desastre»
Esta expresión podría ser alguna de las que se pueden escuchar en el supermercado o en el ascensor del edificio. Pero, en realidad, es una verbalización extraída de una serie de focus groups (reuniones grupales de indagación cualitativa) que hemos realizado hace apenas una semana. En los mismos participaron habitantes adultos del primer y segundo cordón del GBA, de ambos sexos, y segmentados según su voto en el ballotage del año pasado.
Esta técnica cualitativa tiene el beneficio de dar un marco interpretativo a lo que los números fríos de las estadísticas reflejan pero no explican. Durante dos horas se escucha a diez participantes por reunión, indagando en profundidad los distintos temas a evaluar, teniendo así acceso a lo que realmente está circulando por la mente de los que estamos encuestando.
A lo largo de estas charlas surgen expresiones del estilo de las que se reproducen en este artículo, reconvirtiendo un famoso apotegma en otro que sostiene que “dos palabras valen más que diez números”.
Lo primero que se preguntó en estas reuniones fue “Cómo andan las cosas en el país?”. La situación general es consensualmente caracterizada como muy crítica a nivel económico, tanto por aquellos que votaron al FpV como por los propios votantes de Cambiemos. Se ha sentido un fuerte impacto “en los bolsillos”, golpe que, obviamente, ha sido más importante en los hogares con menores recursos.
Pero que en todos los casos ha traído como consecuencia un rotundo cambio en la conducta de compra y consumo de bienes y servicios. Esta modificación de hábitos ha sido transversal a todos los niveles socioeconómicos.
«Vas a comprar lo que sea, y no da el bolsillo» «A los que somos clase media baja, las medidas nos mataron” «Yo el día 15 ya no tengo plata» «En mi casa estamos que no dejo prendida ni la lucecita del televisor» «El aire lo tengo como un cuadrito, lo miro y no lo uso» «Yo llevaba mi auto al lavadero. Ahora lo lavo yo» «El mal humor aumenta en la casa» «Yo dejé de usar el auto» «Hay ciertas cosas que no podemos tener más en la mesa» «Nunca más asados en la reunión de familia» «La heladera la tengo más vacía» «Prendo solo una estufa»
Quizás la mejor síntesis se encuentre en esta verbalización: «Nos sacaron calidad de vida»
Los votantes de Cambiemos no dejan de tener en cuenta el estado en que se recibió el país (la «herencia recibida»). En su núcleo más fiel sigue predominando la esperanza. Pero, entre los restantes, hay un sentimiento de desilusión por las promesas de campaña incumplidas.
«Yo lo voté pero demostró que es uno más de los que llevaron al país a estar donde está» «Hay muchas cosas en que hizo todo lo contrario de lo que dijo, por ejemplo lo de pobreza cero»
Entre los adherentes del FpV de nivel socioeconómico medio-bajo y bajo se verifica (aún desde anteriores estudios) una clara añoranza del período kirchnerista. El segmento más duro llega, incluso, a justificar y restar importancia a las denuncias de corrupción.
Consideran que las denuncias rozan solo marginalmente a Cristina Kirchner, ya que se focalizan en sus funcionarios. Y aún si la rozaran, no llegarían a empañar el bienestar que según ellos han disfrutado, y que visualizan como una profunda diferencia con la actual etapa. Es sorprendente como, más allá de todo, prima el “roba pero hicieron”.
«Robando y todo, se hizo lo que se hizo» «Al menos llegábamos, ahora es imposible» «Para mi nos hubieran seguido robando, pero estábamos mejor»
Con respecto a la situación en el Conurbano las opiniones están divididas entre los que opinan que la Gobernadora Vidal está realizando obras (votantes de Cambiemos), y los que consideran que solo está continuando las iniciadas en el período anterior (votantes de FpV). Hay consenso, en cambio, en percibirla como sencilla y cercana a la gente, y con una gran dosis de valentía en su enfrentamiento con la mafia policial.
En cambio, la opinión sobre Mauricio Macri es mayoritariamente negativa en todos los segmentos, fundamentalmente por la situación económica, y su falta de sensibilidad social. Aún entre los votantes de Cambiemos, se percibe la carencia de medidas de corte social. Hay un fuerte sesgo a considerar que es un rico que gobierna para los ricos.
«Un tipo que no sabe lo que es ir a comprar a un almacén» «Cómo le va a decir a una criatura que se abrigue para no usar la estufa a gas» «Quiere sacar a la clase media» «Nació en cuna de oro» «Es un empresario, y busca el bienestar de sus amigos empresarios»
Por otra parte, el repetido “ensayo y error” es interpretado como un déficit en su capacidad de gestión.
«La intención es buena, falla en la forma que la llevan a la práctica» «Creo que le falta saber gobernar, no pueden decir que están aprendiendo»
Cuáles son las expectativas a futuro? Para los votantes de Cambiemos la situación mejorará a partir de mediados/fines del año próximo. Acuerdan con que hay que darle más tiempo al gobierno, aunque los límites del período de gracia concedido difieren según la menor o mayor adhesión al mismo. Los votantes del FpV presentan dudas sobre si habrá mejoras (en cuyo caso opinan que será en un plazo bastante más largo) o si, en realidad, continuarán las malas noticias.
«Para fin del año próximo» «Para mi hoy es solo una expresión de deseo» «Estamos en el fondo de la crisis, va a llevar tiempo remontarla» «Quiero creer que va a suceder lo que me vendió. Es como una ilusión» «No espero ningún tipo de cambio, va seguir así y peor»
Quién de ellos acertará? Esta historia continuará….