La Federación de Cámaras y Centros Comerciales de la República Argentina (Fedecámaras) advirtió en un comunicado que la vuelta a “fase uno” de la cuarentena significará que unos 350.000 negocios del Área Metropolitana de Buenos Aires.
“Es el tiro de gracia a la actividad comercial”, dijo el titular de la entidad, Rubén Manusovich. “Es un error cerrar los negocios de barrio y los que están sobre avenidas y galerías; tiene que existir un punto intermedio, un protocolo estricto, tomar la temperatura, exigir el tapabocas, limitar las personas en las puertas de los locales, pero no clausurar la actividad, advirtió.
En contra del argumento de “reducir la circulación”, Manusovich señaló que el comercio de cercanía impide que haya aglomeración de gente en los hipermercados y a las cadenas comerciales. “Hay una situación de angustia y desesperación, muchos comerciantes, cuando los habilitaron compraron mercadería y ahora no la puede vender, se van a fundir”, explicó.
“Respetamos a los epidemiólogos, pero ellos no pueden manejar la economía del país, el sector productivo y comercial de las Pymes, tiene que ser escuchado, no ser un mero espectador de este quebranto generalizado, nos dicen que es cuarentena o muerte, pero lo que nos mata es la cuarentena”, insistió Manusovich.
Fedecámaras, le envió al presidente de la Nación, al Gabinete y a la Cámara de Diputados y Senadores un “plan de salvataje” de comerciantes y empresarios Pyme, mediante la creación de un “Ingreso Productivo de Emergencia”, al margen de los créditos anunciados a raíz del coronavirus. “De lo contrario en julio más de 100.000 pequeños comercios y empresas van a desaparecer, sin poder trabajar no se pueden pagar alquileres, tarifas, sueldos y menos aguinaldo”, advirtió Manusovich.