Exigir lo que uno niega: Cambiemos y su doble vara económica

En la última sesión ordinaria del Concejo Deliberante de Escobar, los ediles de Cambiemos, con el ahora ex funcionario nacional Leandro Costa a la cabeza, impulsaron un tribunero proyecto para vincular las remuneraciones de empleados municipales al salario mínimo vital y móvil, desconociendo que aquéllas se encuentran ya por encima del nivel fijado a nivel nacional, a partir de los aumentos escalonados y progresivos otorgados por la administración municipal durante 2016, con porcentajes mayores a los trabajadores de sueldos más bajos.

Es sin duda llamativo el demagógico interés de los concejales en cuestión, dado que este año los gobiernos nacional y provincial, en manos de su misma fuerza política, «sugerían» a los jefes comunales que la actualización que concedieran a sus trabajadores no superara el 17%; recomendación que el intendente de Escobar decidió no tomar en cuenta, al otorgar un 20% en una sola cuota (recordemos que la mayoría de las paritarias, no solo las del sector público, contemplan aumentos escalonados). Porcentaje muy superior, ademas, al que muchos distritos bonaerenses gobernados por Cambiemos ofrecieron a sus plantas.

Se aprecia así un primer caso de la flagrante doble vara que en lo económico, como así en lo político, expresa Cambiemos, al rasgarse las vestiduras exigiendo que otros concedan lo que ellos no dan y piden no dar.

Este doble discurso, sumado a un afán obstruccionista, se encarna en otro hecho debatido esta semana en el cuerpo legislativo.

Por ser actualmente Escobar un municipio autosustentable y con cuentas ordenadas, el distrito ha vuelto a ser considerado sujeto de crédito. A partir de ello se gestionó con el Banco de la Provincia de Buenos Aires un empréstito de 35 millones de pesos (correspondiente a una línea «blanda» establecida por el Banco Central, a una tasa del 17%), con el objetivo de adquirir maquinaria vial para intensificar las obras de mejora en la vía pública.

Los pasos formales y administrativos necesarios para la operativización del crédito fueron dados con prolijidad y transparencia: fue aprobado por el Tribunal de Cuentas y por el Ministerio de Economía; se celebró la Asamblea de Mayores Contribuyentes y se aprobó la correspondiente ordenanza. El camino para que los escobarenses contáramos con fondos para mejorar nuestra infraestructura estaba así despejado. Solo faltaba la aprobación por el Directorio de la entidad crediticia, presidida por una persona que frecuenta los timbres de nuestra ciudad: Juan Ernesto Curutchet.

Quien fuera mal pensado podría asociar las ambiciones políticas que ese funcionario provincial ha demostrado en nuestro distrito con el triste hecho de que el tratamiento del empréstito por parte del Banco se demorara largos meses, a pesar de los reiterados pedidos del jefe comunal y la Secretaría de Hacienda de Escobar.

No se registran, de hecho, antecedentes de un crédito aprobado por el Ministerio de Economía de la Provincia que el Banco no hubiera otorgado. La doble vara, orgullosamente, hace historia.

Con la arbitrariedad del poderoso prepotente, que exime de la obligación de ofrecer razones de su accionar, las autoridades del Banco concedieron un desembolso parcial de 10 millones de pesos, menos de un terco del importe total acordado.

Parte del acuerdo era asimismo la instalación de dos cajeros automáticos, uno de ellos para Maquinista Savio, localidad que actualmente carece de esa facilidad. Las obras fueron desarrolladas y finalizadas por la gestión municipal siguiendo estrictamente las indicaciones del Banco, a pesar de lo cual, y por razones tan turbias como inaccesibles, los savienses deben aun viajar a otra localidad para extraer dinero de sus cuentas.

Mientras se priva caprichosamente a nuestros vecinos de servicios tan necesarios como un cajero o el equipamiento para reparar más rapidamente las calles, se pavonea sonriente por nuestros barrios el responsable de semejante privación, rodeado de candidatos y camarógrafos que proveen el material con que se elaborarán los spots publicitarios de campaña disfrazados de mensajes institucionales de la entidad que preside para poder financiarlos con fondos públicos, precisamente los fondos públicos que se le niegan a los escobarenses.

Precisamente en la última sesión ordinaria el jefe de la bancada de Cambiemos leyó, como si se tratara de una dádiva que él en persona concedía a Escobar, la resolución del desembolso arbitrario del tercio del monto total acordado. No habiendo sido publicado ese texto, cabe preguntarse por qué medios lo obtuvo el concejal. Y si como es lógico, el medio fue su cercanía con las autoridades del Banco, es obligación interrogarse acerca de los motivos por los cuales, teniendo semejante llegada a los tomadores de decisión de la entidad, no la emplea en favor de los escobarenses.

El doble discurso de una fuerza que busca, a través de la obstrucción de una gestión municipal de otro signo político, obtener ventajas electorales que sus inexistentes méritos les impiden conseguir, sólo tiene por consecuencia transformar en rehenes a los 250.000 habitantes de Escobar.

Nota relacionada: ARMAS PARA CUSTODIAR CARTELES: EL TESTIMONIO JUDICIAL QUE INVOLUCRA A ROBERTO COSTA

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