
Se discutió mucho, un par de años atrás, sobre la pertinencia de la identificación partidaria de quienes asistían a la población. Se trataba en aquel caso de un voluntariado que los militantes hacían como miembros de una organización política, no del Estado, con recursos que en su nombre habían sido colectados.
Vemos hoy que algunos de los que mayor grado de indignación habían mostrado en aquel entonces repiten esa conducta con un serio agravante: la utilización de un operativo de un ente del Estado con fines de propaganda a favor de un partido político.
Efectivamente, se desarrolló hoy en el barrio Los Tulipanes de Garín un operativo de Anses para informar a los vecinos sobre cuestiones previsionales. Aunque quizá no haya sido ése el verdadero objetivo de la iniciativa. Y esta sospecha es contundentemente alimentada por el impúdico panfletarismo político que contaminó la jornada.
En una obscena confusión entre partido de gobierno y Estado, el puesto donde se desarrolló el operativo estaba sólidamente circundado por prolijos banners que publicitaban al espacio político Cambiemos y uno de sus referentes locales, el concejal Leandro Costa.
El precio que los vecinos debían pagar para interiorizarse sobre la forma de ejercer sus derechos era el de exponerse a una poco disimulada propaganda partidaria; no solo a través de los banners, sino también a través de folletos en los que el sonriente rostro del mencionado Costa se mostraba rodeado de los isologos institucionales de entidades estatales: PAMI, ANSES y SUBE.
Para acceder, por lo tanto, a la información sobre el funcionamiento de entes públicos se debía consumir burda publicidad sectaria, con una flagrancia que ni siquiera se empeñaron en camuflar.
Vemos aquí un nuevo caso de la apropiación particular de recursos pertenecientes al Estado (es decir, a todos nosotros), comportamiento del que el gobierno nacional da frecuentes muestras, con decisiones que lesionan el patrimonio público en beneficio de las grupos empresarios vinculados a los funcionarios.
Los regímenes autoritarios se han caracterizado siempre por una identificación entre partido de gobierno y Estado (para Foucault en las dictaduras no había un «Estado fuerte» sino todo lo contrario, el Estado se disolvía en el partido). Aun en la modesta escala del operativo del que hablamos, esta confusión es preocupante; e indignante si se tiene en cuenta que quienes son responsables de ella han hecho campaña hasta el hartazgo con el argumento de defender los principios republicanos.