
Como parte de su plan de retorno a Escobar, en un nuevo capítulo de su embestida contra el actual gobierno municipal y con objetivos que muchos tildan de desestabilizadores, Leandro Costa, con la infaltable colaboración de su padre Roberto y algunos adláteres vernáculos, intenta por estas horas convencer a varios de los concejales del Bloque Peronismo 17 de Octubre para que pongan resina en sus manos, tomen la frecuentada garrocha y aterricen en el generoso colchón macrista.
La finalidad inmediata de este intento de seducción es nada menos que la destitución de Jorge Acero Cali como presidente del Concejo Deliberante, para ungir luego en su lugar al referente de cambiemos, en lo que constituiría un primer paso de una agresiva estrategia para minar la gobernabilidad local.
Ofreciendo pródigamente cargos en el gobierno nacional y en el senado provincial, despliega sus artes de persuasión sobre ediles que parecen no ver mucho futuro en seguir respondiendo al ex intendente Sandro Guzmán.
Esta osada movida se da en momentos en que crece la preocupación costista por el avance de la investigación por enriquecimiento ilícito que tiene por objeto a ambos portadores del apellido.
A la vez el clan tiende el mantel de la mesa de negociaciones con quien podría erigirse en un adversario interno con buenas perspectivas de posicionamiento en las listas para las próximas elecciones: el presidente del Parque Industrial Garín, Mariano Castagnaro.
Al parecer Leandro y Roberto están siguiendo fielmente el refrán que recomienda siempre, siempre, huir hacia adelante.
Están acostumbrados a hacer política así, cooptando gente.
Nunca laburar este Costa