En la sesión ordinaria del día de ayer, se debatió en el Concejo Deliberante de Escobar un repudio a los actos de violencia registrados cuando fuerzas policiales de la Ciudad de Buenos Aires desalojaron a trabajadores del Subte que se manifestaban en demanda de aumentos salariales.
Los concejales del bloque Peronismo que Hace – Unidad Ciudadana consideraron que se trataba de un caso de represión injustificada a la genuina protesta social y una vulneración del derecho a huelga consagrado en la Constitución Nacional.
Los ediles de Cambiemos, por su parte y como era previsible, arguyeron que el accionar de la Policía fue lícito.
Pero el argumento más llamativo para justificar los hechos fue el vertido por el concejal Diego Castagnaro quien informó, con cierta indignación, que los trabajadores del subte ganaban sueldos por encima de los 35 mil pesos.
Como si no fuera extraño evaluar el accionar policial de acuerdo al sueldo de los trabajadores reprimidos, Castagnaro agregó con malestar que ellos «ganan más que yo como concejal».
Particular comparación – manifestada por quien fue acusado de haber cobrado durante más de un año un sueldo en el Banco de la Provincia de Buenos Aires sin contraprestación comprobada – teniendo en cuenta que los operarios del Subte desempeñan su función en turnos rotativos, incluso durante fines de semana y feriados, mientras que un concejal no debe cumplir horarios y ni siquiera es sancionado cuando falta a las sesiones, que tienen lugar cada quince días.
Singular comparación, que parece evidenciar el criterio jerárquico a partir del cual el concejal Castagnaro evalúa la remuneración que le corresponde a cada uno según su posición en el campo social y si ella permite o no defender sus derechos.
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