Un técnico confía en un jugador, lo pone en el primer equipo pero él, el player, no muestra en los sucesivos partidos el rendimiento que se le esperaba, por lo que no puede menos que bajar en la consideración (eufemismo por «decepcionar») de su coach y, a la larga, dejar de estar en sus planes (eufemismo por «borrar»).
Parecer ser éste el caso de Leandro Costa, que luego de postularse obstinadamente, sin amedrentarse por las sucesivas derrotas, a la primera magistratura distrital, no tendría el apoyo interno para continuar apareciendo en los cuartos oscuros de la ciudad de la Flor. O al menos no en la boleta de la fuerza política que actualmente integra (lo que no reportaría para él un gran inconveniente, dada la experiencia con que cuenta en materia de «garrochazos»).
Es que la gobernadora de la provincia de Buenos Aires tiene en carpeta otro nombre para la candidatura a intendente de Escobar en 2019. No solo eso, sino que incluso, de acuerdo con versiones dadas a conocer en el programa Poné Primera de Roman Lejtman en Radio Nacional, ya le habría ofrecido el honor al empresario empanaderil Mariano Castagnaro.
El titular de El Noble, por su parte, estaría transitando hesitaciones hamletianas respecto a la propuesta, dado que por un lado su firma se halla, según la misma fuente radial, atravesando problemas financieros que demandan el grueso de su atención; y por otro, no se ve muy seducido por la idea de apretarse el cinturón para vivir con el exiguo salario de jefe comunal. El ascetismo, claro, no es para todos.
Más allá de la respuesta del atribulado repulgador de tapas lo cierto es que, como ese jugador que no brilla en la cancha tanto como su sonrisa en las fotos, Leandro Costa ha bajado en la consideración de Maria Eugenia Vidal, cuyos planes para 2019 han dejado de incluirlo, lo que pone en serio riesgo su posibilidad de batir el record de postulaciones consecutivas al mismo cargo público.
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