Se trata de Claudio Soto, de 54 años, fallecido de un ataque cardíaco cuando se enteró que Alijor había paralizado la planta en Garín en la que estaba empleado.
El martes la fábrica de alimentos amaneció cerrada y con los portones bloqueados por orden del dueño de la firma. Sin producción y Soto era uno de los 250 trabajadores afectados por la decisión.
La firma que produce 1,8 millones de panes al mes en promedio, un millón de tapas de pascualina y 200.000 kilos de pastas que son comercializados en el mercado interno, despidió a 12 empleados los primeros días del mes de mayo y amenazó con cerrar como consecuencia de la crisis económica que atraviesa el país.
Más tarde, luego de la ocupación y las negociaciones en Trabajo, la planta reabrió pero la crisis laboral ya se había cobrado una nueva víctima fatal.
Hoy los portones están abiertos, los despedidos cobrarán sus indemnizaciones en 3 cuotas, pero el luto envuelve la situación.
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